Ya hemos visto que en el Reino Unido no existe el traductor jurado, pues en los Estados Unidos esto se lleva a los extremos. La traducción certificada en Estados Unidos está completamente liberalizada, a tal punto que técnicamente una persona podría certificar su propia traducción de su documento. Sin embargo, sí hay unas cuantas cosas a tener en cuenta antes de decidir certificar tu propia traducción.
Una traducción certificada en Estados Unidos no debería ser realizada por la persona que se beneficia de la traducción ni un familiar o amigo suyo. Aunque técnicamente sí podrían certificar la traducción, no está bien visto y podría acarrear problemas. Se suele preferir el uso de un traductor profesional o una empresa de traducción que, si posible, sea a su vez miembro de una asociación o colegio reconocido, como la ATA (American Translators Association [Asociación Americana de Traductores]).
La traducción deberá incluir las credenciales del traductor explicando porqué está capacitado para realizar la traducción, el traductor afirmará que es una traducción fiel y correcta del documento original, se debería identificar el documento y el idioma en el que está escrito y, finalmente, el traductor tiene que adjuntar su nombre, firma y la fecha de la traducción.
También es posible que te encuentres con que te pidan que se notarice la traducción. Una traducción certificada no es lo mismo que una traducción «notariada»/«notarizada» (notarized translation).
¿Pero, qué quieren decir cuando hablan de traducciones «notariadas»?
Tanto en los EE.UU. como en otros países, te pueden pedir que la traducción se notarice, ya sea por una legalización simple o usando la apostilla de La Haya. Esto implica que el traductor vaya a una notaría donde debe firmar la traducción frente a notario, el notario después certifica la identidad del firmante. En casos en los que el traductor es un traductor oficialmente reconocido en su país como traductor jurado, por ejemplo, una agencia gubernamental podría hacer esta labor (esto pasa en el caso de los traductores jurados españoles y el Ministerio de Asuntos Exteriores de España).
Al fin y al cabo, el sistema de traducciones certificadas estadounidense es un sistema liberalizado. Esto implica que los precios no sean tan elevados como en otros países al haber más competencia, pero es un sistema menos claro.
Siempre recomiendo preguntar a la institución donde vas a entregar la traducción certificada para saber si tienen algún requisito especial, como que se notarice la traducción o si necesitan que la traducción sea realizada por algún tipo de traductor particular, como los traductores certificados de la ATA.
La ATA emite una certificación para aquellos que aprueben un examen. Esta certificación los convierte en traductores certificados por la ATA y algunas instituciones americanas piden que las traducciones las realicen traductores certificados por la ATA o parecidos.
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Si quieres leer más sobre la traducción certificada o la traducción jurada en otros países, échale un vistazo a nuestro artículo especial aquí.